Hace tiempo, leí un relato de Jorge Bucay (escritor argentino y psicodramatista) que planteaba la inquietud de un niño que no entendía como un elefante de circo, que durante la función daba demostraciones de fuerza, no era capaz de soltarse de la pequeña estaca con la que su dueño lo mantenía atado.El niño creció con esta inquietud que nadie supo responderle. Hasta que, años más tarde, siendo ya adulto, se dio cuenta que el elefante no escapaba porque de pequeño había intentado muchas veces soltarse de esa estaca. Y un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. En su memoria, solo quedó la impotencia de pequeño y nunca más, volvió a intentarlo.
Es probable que muchas veces, sin darnos cuenta, hemos experimentado la misma impotencia del pequeño elefante y nos hemos conformado a seguir atados a pequeñas estacas. Hemos bajado los brazos y nos hemos rendido, por miedo a arriesgarnos, por miedo a perder la comodidad de lo cotidiano. En más de una oportunidad hemos desconocido nuestras propias capacidades, dejando de lado nuestro potencial.
Mi invitación es que conversemos sobre temas simples y cotidianos; porque son estos los que pueden marcar una diferencia en nuestras vidas.
Los espero....
